La discriminación es uno de los problemas más graves de nuestra sociedad, limita el desarrollo de la persona y pone en riesgo su integridad y calidad de vida.
Aunado a esto, existen grupos que se encuentran más expuestos a ver vulnerado su derecho a un empleo digno.
Por ello, en un esfuerzo conjunto con las y los Legisladores, en el 2013 se impulsó el establecimiento del 27 de febrero como el “Día Nacional por la Inclusión Laboral”, en un afán de concientizar a la población en general, pero particularmente a quienes participan el proceso de reclutamiento de personal, sobre el derecho humano al trabajo de todas y todos los mexicanos, independientemente de su condición, edad, género, discapacidad, etcétera.
La inclusión genera diversos beneficios no sólo para las personas, sino también para las empresas y la sociedad en general. Las y los trabajadores mejoran su economía personal y familiar y adquieren mayores grados de autonomía; las empresas mejoran su clima laboral, incrementan su productividad y pueden acceder a los estímulos fiscales existentes; la sociedad por su parte, mejora su percepción de la diversidad y se ve beneficiada por la movilización en la economía.