El Día Internacional de las Montañas tiene su origen en 1992, cuando la adopción del Capítulo 13 del Programa 21 «Ordenación de los Sistemas Frágiles: Desarrollo Sostenible de las Zonas de Montaña», marca un hito en la historia del desarrollo de las zonas de montaña durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo. El creciente interés acerca de la importancia de las montañas llevó a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas a declarar 2002 como Año Internacional de las Montañas. En esta ocasión, la Asamblea General de la ONU declaró el 11 de diciembre «Día Internacional de las Montañas», a partir de 2003. La FAO es el organismo coordinador para la preparación y festejo de esta conmemoración (DIM) y está encargada de dirigir su observancia a nivel mundial. El programa de Ordenación de Cuencas hidrográficas y montañas del Departamento Forestal es el responsable de coordinar este proceso internacional.
Las montañas ofrecen agua dulce, energía y alimentos —recursos que escasearán en las próximas décadas. Sin embargo, sus pobladores son muy pobres y sus hábitats muy vulnerables frente al cambio climático, la deforestación, la degradación de la tierra y los desastres naturales. Un tercio de la población de los países en desarrollo que reside en las montañas sufre inseguridad alimentaria y se enfrenta a la pobreza y el aislamiento.
El reto está en determinar nuevas opciones sostenibles que beneficien a las gentes de las montañas y de las bajuras, que ayuden a erradicar la pobreza sin degradar los frágiles ecosistemas montañosos.